jueves, 20 de mayo de 2010

No está el horno para bollos...

Hoy ha sido el mismo día que ayer y que todos los días. ¡Bueno no! Solo he trabajado 8 horas y media. Todo un lujazo, me decían todos. Ya he pasado de desesperarme a la resignación. Momento actual: trabajo una media de 10 horas diarias, no aprendo inglés, aprendo a lavar cubiertos una y otra vez, intento no vomitar entre cubierto y cubierto aunque la situación es insostenible. La gente flipa porque creemos que, ¡vaya! es un trabajo duro. No sé que concepto tiene la gente por duro, imagino que pensarán en los mineros y trabajos así. Todo sería "guay" si sintiera que en algún momento pudiera aprender algo de este idioma tan desconocido para mi, porque no amigos, así no se aprende. Aquí solo te enseñan a colocar cosas, llevar bebidas, recoger la mierda... Si hace falta te llevan de la mano, pero para qué intentar explicártelo. Así que el sábado, día en que dan los horarios de la semana siguiente, será un día decisivo. Si nos reducen horas, lo dudamos muy mucho, seguiremos adelante y si no es así, tendremos que movernos por estas tierras en busca de algo mejor.
La gente: en general maja. Por un lado se encuentran los húngaros que componen 3/4 partes del hotel. Las chicas son muy amables y nos entienden un poco (excepto por eso de que no entienden que 10 horas diarias, a ese ritmo, es demasiado para el ser humano). Los chicos, demasiado voluntariosos, se toman muchas molestias y no se les entiende un carajo. Pero no es raro. Los hombres en este hotel, ya sean jefes, que sean los cocineros,guapos, feos, húngaros, italianos o polacos son demasiado amables hasta que te das cuenta que te miran el culo de una forma descaradísima. Y eso no es nada para el percal que hemos visto con nuestros propios ojos. Pero bueno, como dicen que cada día se aprenden cosas hoy os muestro cómo se dice en húngaro, gracias = Köszönöm y de nada = Szívesen. Super útil, ¿verdad?
En fin, amigos, prometo escribir acerca de los personajes que me acompañan porque, de verdad, no tiene desperdicio ninguno. Os dejo que tengo que hacer cosas del Master (¡oh! gran olvidado...), y luego soñaré con una porción de tortilla de patata...

1 comentarios:

Israel Doncel dijo...

¿Ocho horas un lujazo? Pero qué se han creído estos, ¿venían de trabajar en Guantanamo o algo asi?
Para mi que son un poco flipaetes eh?
MUCHO ÁNIMO!!

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