Llegué muy cansada, con retraso horario, después de un dia largo por las calles de Barcelona y el breve suspiro de Madrid... La gran ciudad nos esperaba. El vuelo fue extraño, la llegada poco emocionante... Hasta que tomamos la decisión de morir poco a poco por New York. Subimos nuestro cansancio al Empire State por la noche y creí que rozaba el cielo. Las luces me dejaron quieta. Empezaba a ser consciente de donde estaba... Y esto es solo el principio...
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