lunes, 31 de mayo de 2010

Sonrisas y lágrimas

Otra vez aquí. Llevaba tiempo sin escribir porque siempre es lo mismo. El horario siguen sin cambiarlo y los días se hacen largos. Vamos poco a poco conociendo más a la gente y cada vez se te quitan más las ganas de pisar el hotel y alrededores. Todo el mundo te pregunta si estás bien a todas horas, y a todas horas tienes que colocarte la sonrisa falsa y decir: sí, claro. Hoy he empezado flipando porque uno de los jefes me dice esta mañana: "Airinnn, ¿por qué sonríes ya si son las 9 de la mañana?". Si quieres lloro, pero vamos que como empiece... Para que veáis qué percal.
El resumen de la semana puedo contarlo rápidamente: el miércoles salimos de fiesta (nota: aquí a las 3 de la madrugada han cerrado hasta las calles) y hemos podido comprobar que aquí la gente también está muy necesitada. El jueves decidimos ir de tiendas (llegamos con cero bolsas a casa) a Leicester, una ciudad sin mucho encanto pero donde comimos en un sitio español de tapas (y olé). La tortilla de patata no sabía a tortilla de patata, los champiñones estaban más que sosos y la berenjena rellena es berenjena en trozos. Así que lo más emocionante ha sido el cumpleaños de Bea. La verdad es que estuvo genial (tono irónico ya que aquí, en Inglaterra, la ironía debe no existir): por la mañana trabajé, la tarde estuvimos como locas preparando la entrega del Master y por la noche ¡cenamos! Síiii: una ensalada y lasagna. Pobre Bei.
Mañana es nuestro día libre y lo vamos a invertir en hacer la compra para poder cocinarnos algo que se aleje de pizza, sandwich o bolsas de patatas fritas que es lo que hemos venido desayunando, comiendo y cenando estos 22 días. Y segundo y casi más importante, es imprimir cien mil doscientos currículums para echar por todo Stamford. El caso es que ya me da igual trabajar al día 10 horas o 20, si total... pero me consume no tener sensación de aprender nada de inglés (no es sensación sino realidad) y a ver si pudiéramos encontrar algo de pocas horas y poder apuntarnos a una academia. Lo necesito ya. Si no sale nada, tendremos que dar otro rumbo a toda esta aventura, lamentablemente.

P.D: Estoy bien, pero es de esos días que no te apetece ni reir ni llorar.

miércoles, 26 de mayo de 2010

¿Buenos días?

¡Me encanta! Hoy es mi día libre. A las 7:30 a.m el camión de la basura ha hecho su faena, ha ido recorriendo lentamente y cargando todas y cada una de las bolsitas que cada vecino deja en su puerta a la espera de la recogida. Sí amigos, hoy es el día en el que se recogen basuras en toda la semana: miércoles. Mientras tanto, toda la mierda acumulada tiene que estar concentrada en tu casa, todo un lujo. Total, como ha hecho poco ruido, solo me he desvelado en tres ocasiones. Ahora mismo son las 8:04 a.m y alguien está con una motosierra o con un instrumento parecido haciendo a saber qué. Prefiero ni imaginarlo. Voy a desayunar mi zumo diario y las dos minigalletas que quedan.

martes, 25 de mayo de 2010

Mémoires

viernes, 21 de mayo de 2010

Suerte

Aquel que dijo "más vale tener suerte que talento", conocia la esencia de la vida. La gente tiene miedo a reconocer que gran parte de la vida depende de la suerte. Asusta pensar cuantas cosas se escapan a nuestro control. En un partido hay momentos en que la pelota golpea el borde la red y durante una fracción de segundo puede seguir hacia adelante o caer hacia atras. Con un poco de suerte sigue adelante y ganas, o no lo hace y pierdes.

Match Point

jueves, 20 de mayo de 2010

No está el horno para bollos...

Hoy ha sido el mismo día que ayer y que todos los días. ¡Bueno no! Solo he trabajado 8 horas y media. Todo un lujazo, me decían todos. Ya he pasado de desesperarme a la resignación. Momento actual: trabajo una media de 10 horas diarias, no aprendo inglés, aprendo a lavar cubiertos una y otra vez, intento no vomitar entre cubierto y cubierto aunque la situación es insostenible. La gente flipa porque creemos que, ¡vaya! es un trabajo duro. No sé que concepto tiene la gente por duro, imagino que pensarán en los mineros y trabajos así. Todo sería "guay" si sintiera que en algún momento pudiera aprender algo de este idioma tan desconocido para mi, porque no amigos, así no se aprende. Aquí solo te enseñan a colocar cosas, llevar bebidas, recoger la mierda... Si hace falta te llevan de la mano, pero para qué intentar explicártelo. Así que el sábado, día en que dan los horarios de la semana siguiente, será un día decisivo. Si nos reducen horas, lo dudamos muy mucho, seguiremos adelante y si no es así, tendremos que movernos por estas tierras en busca de algo mejor.
La gente: en general maja. Por un lado se encuentran los húngaros que componen 3/4 partes del hotel. Las chicas son muy amables y nos entienden un poco (excepto por eso de que no entienden que 10 horas diarias, a ese ritmo, es demasiado para el ser humano). Los chicos, demasiado voluntariosos, se toman muchas molestias y no se les entiende un carajo. Pero no es raro. Los hombres en este hotel, ya sean jefes, que sean los cocineros,guapos, feos, húngaros, italianos o polacos son demasiado amables hasta que te das cuenta que te miran el culo de una forma descaradísima. Y eso no es nada para el percal que hemos visto con nuestros propios ojos. Pero bueno, como dicen que cada día se aprenden cosas hoy os muestro cómo se dice en húngaro, gracias = Köszönöm y de nada = Szívesen. Super útil, ¿verdad?
En fin, amigos, prometo escribir acerca de los personajes que me acompañan porque, de verdad, no tiene desperdicio ninguno. Os dejo que tengo que hacer cosas del Master (¡oh! gran olvidado...), y luego soñaré con una porción de tortilla de patata...

miércoles, 19 de mayo de 2010

Periodistas

19-Mayo-2010
Elvira Lindo. El País.
Ojalá que los futuros periodistas se rebelen. Ojalá que a pesar de enfrentarse a un escenario complicado intuyan que hoy el periodismo es más necesario que nunca y sean conscientes de que los medios, engolfados con el politiqueo, están ignorando esas historias anónimas que definirían el extraño momento que estamos atravesando. Ojalá que no sean cínicos, que ejerzan una crítica implacable contra esos personajillos que desde hace tiempo inundaron las pantallas y no han servido más que para sembrar la creencia de que es legítimo ganar dinero sin hacer el mínimo esfuerzo. Ojalá que no sean mansos y no se dejen arrastrar por esa corriente venenosa que consiste en acudir a las ruedas de prensa para tomar nota sin rechistar. Ojalá que sean tan honrados como para desconfiar del político que les paga un viaje convirtiéndoles en parte de su corte. Ojalá que entiendan que el mejor periodista, en contra de la práctica tan habitual en España, es el que se mantiene lejos del poder, no el que alardea de estar en la pomada. Ojalá que defiendan la dignidad de su oficio y que aspiren a ser profesionales y no eternos amateurs. Ojalá que tengan el amor propio necesario como para dar más de lo que se les pide, y que no lo hagan por el medio sino por ellos mismos. Ojalá que entiendan que en esta situación económica que va a cambiar la vida de varias generaciones es necesario darle voz a los olvidados y sólo un buen periodista puede hacerlo. Dada la precariedad del empleo, la docilidad es tentadora, pero ojalá que no sean dóciles, porque al margen de la invasión de los opinadores, que de manera gratuita exaltan (exaltamos) los ánimos de los ciudadanos, nos hace falta información. Ojalá que haya una nueva generación batalladora que demuestre que el periodismo sigue vivo, que a lo mejor los que estamos un poco muertos somos nosotros.

martes, 18 de mayo de 2010

Últimas horas...

Ufff... qué perezón pensar en mañana. En unas horas. De nuevo otro horario de 10 horas, para no perder la costumbre. Respecto a la reducción de horas que hemos planteado, nuestra jefa-manager (suena hasta bien...), nos ha dicho que hará lo que pueda, ¿qué significa eso? Nada. Así que con nuestro descontento hemos ido a disfrutar del sol intermitente a un parque en el que había más perros que personas, ¡estupendo! Conclusión: otro día perdido, voy a escuchar a Bimba y en un rato me iré a acostar.


lunes, 17 de mayo de 2010

Un café con leche, por favor...

Son las 20:29 y todavía hace sol aquí. Es estupendo. Esta mañana amaneció nublado, ha hecho intento de llover...pero nada. Hoy estamos de día libre y, por tanto, ha sido el mejor día desde que estamos aquí. El día nos ha cundido un montón. Fuimos decididas a mirar otros trabajillos, ofertas de trabajo en una agencia pero, muy amablemente, nos ha despachado diciendo que estas cosas van mejor por Internet. Así que nos ha dado tiempo de sobra a hacer la compra y hemos descubierto un italiano donde comer algo decente (¡por fín!). Así que, cargadas con bolsas de compra fuimos al reconocimiento médico que se ha resumido en pesarnos en una báscula y preguntarnos si teníamos asma. Completísimo, ¿eh?.
Ya entrada la tarde se nos ocurrió visitar el pueblo de al lado, que está a tan solo 15 minutos en tren, Peterborough. La verdad es que hemos recorrido, sin mucha profundidad, unas cuantas calles, hemos visto la Catedral donde estaba ensayando un coro de niños celestiales. Llegando al andén había varias cafeterías. Llevo una semana con intentos frustrados de disfrutar de un café. No un café complicado. Solo quiero lo que viene siendo un café con leche como el que te tomas en casa o en cualquier cafetería (en España). Lo de complicado lo digo porque hemos hecho algún intento aquí en Stamford y el café sí llevaba leche...pero no café. Lo debieron olvidar (en dos ocasiones). Pero sin problema. Total, que nos hemos decantado por la gran cadena Starbucks. Nos hemos mirado y hemos dicho: nunca falla. Para no perder mi ritual he pedido un White Caffè Mocca. No teníamos prisa por coger el tren de vuelta, pero tuve que dejar el café en el andén. Aquí nada sabe igual. ¡Os dejo, que la lavadora está libre!

sábado, 15 de mayo de 2010

...

Tiempo es la medida del movimiento
entre dos instantes
                                                           Aristóteles

viernes, 14 de mayo de 2010

Tercer día superado

Estoy bien y estaré bien. Me lo repito unas cuantas veces al día. Funciona. Acabamos de pedir una pizza para comer "algo decente" y rápido. Es el único día que he sentido que comía algo parecido a comida, al menos de lo que yo recuerdo. Son las 6.30 y Bea se ha ido a trabajar. Yo he tenido tute por hoy y ya no me levanto de la cama. Quiero hacer un nuevo aviso a navegantes: ¡Estoy bien, de verdad! Todo esto es más duro de lo que habría imaginado (y había imaginado muchas cosas) pero todo pasará. Me he dado un margen, además si la semana que viene todo sigue a este ritmo frenético, hablaré para ver qué pasa con las horas de más y todo y todo y todo. No os preocupéis, está todo OK. Antes pensaba que tan solo queda una semana y 5 días para New York y ya estoy emocionadísima. También pienso en que pronto volveré a veros y abrazaros y me pongo super felíz. Así que voy a terminar mi día viendo una película recomendada: Manuale d'amore. Ya os contaré mañana. Sed felices.

jueves, 13 de mayo de 2010

Tal vez me adelanto... pero sobreviviré

Es mi cuarto día por estas tierras y ya me voy acostumbrando. Mi jornada laboral ha sido de 9 horas, me han perdonado una, no está mal. La gente es en general muy agradable, me ayudan en todo lo que pueden y me enseñan a pasos agigantados. Otros aún no han pillado que es el segundo día de trabajo. Nunca habría pensado que un hotel, en un pueblo tan pequeño, tuviera tanto ajetreo. Iba a hacer la compra pero he decidido que mejor mañana, que hoy me quedo en la habitación a descansar.
Ya he tenido alguna invitación para visitar los Meadows, una especie de parque grande al lado del río, con merenderos y unas vistas muy bonitas, así que presiento que poco a poco nos haremos hueco en este pequeño lugar. Pero lo que peor llevo es la comida. ¿A esto lo llaman comer? Normal que alucinen con nuestra comida, clima y gentes porque no se les pega nada. Todas las mañanas, para comer (a las 11:00 horas) hay siempre sandwiches. Vale. Pero todas las tardes (esta semana van 3 cenas) ¡han puesto lo mismo! Una especie de bola de patata con alcaparras (me hace tanta gracia la palabra), verduras sueltas sosas, sin nada de fundamento y...el plato fuerte: pasta con todo lo que han pillado por el medio, porque a ratos sabe agridulce y a ratos medio picante. Todo un éxito. ¡Bravo!
Y qué más os cuento... La verdad es que tengo muchísimas ganas de hacer cosas pero no sé cuándo tendré tiempo. Tengo que visitar Peterborough, que está aquí al lado y que, dicen, tiene un montón de ocio, Londres y una lista enorme de lugares. Quiero ir al Gym y, entre todo ello, tengo que sobrellevar el Master. ¡No sé cómo lo voy a hacer! Porque es llegar a "casa" y solo me apetece dormir, dormir y dormir. Ya solo queda mañana para levantarme a las 6 a.m. El sábado me puedo permitir el lujo de despertarme a las 7:45. No está nada mal.
En fin, que hay que ser positivo y, aunque a veces se me olvide (porque no siempre es fácil verlo todo bonito con tanta presión)estoy aquí por una razón: aprender inglés a toda costa, vivir esta experiencia y crecer como persona, animal o cosa.
 Gracias por leerme, me hace muchísima, muchísima ilusión.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Stamford, mi llegada e instalación

Hoy hace un poco de frío. He cenado a las 6 de la tarde, hora establecida, y sigo estando hambrienta. Voy a hacer un breve resumen de mi estancia aquí.
El lunes 10 de Mayo, a eso de las 11 de la mañana el tren nos dejó en la estación de Stamford. Fue una odisea transportar dos maletas cada una y fue hasta divertido durante un rato. Caminamos hacia el George Hotel of Stamford y me temblaban hasta las pestañas. Estábamos como dos flanes pero no fue tan mal excepto que yo tan solo parecía una muñeca que sonreía y emitía un sonido que emulaba un "yes". En fin. Kay, una de las Recursos Humanos, nos enseñó todos y cada uno de los rincones del hotel y a cada una de las personas que trabajan aquí. Sí, sí, era todo muy bonito pero por favor, ¡dame las llaves de nuestro pequeño apartamento ya! Conseguido: el número 1 de Church Street. No sonaba mal. Nos encontrábamos ante una pequeña casita de tres plantas, con baño y "cocina" compartido. Al lado de la habitación tenemos a una inglesita de Stamford a la que se le cuelan pájaros por la noche y grita como una posesa. En el medio a al señor X, también extranjero, que no conocemos aún y abajo unos enamorados italianos que no inspiran demasiada confianza. ¿Cómo es Stamford? Bonito, fresco, tranquilo, verde, muy verde, de piedra, con tiendas peculiares y gente extraña.
¿Necesidades básicas y prioridades? WI-FI y comida. Francesco, un italiano se ha dedicado a aumentar su sueldo a base de suministrar a medio staff una contraseña para podernos conectar. ¡Pero es perfecto, estamos comunicadas (aunque costó alinear la conexión)! Otra necesidad fue comprar comida básica para no aumentar la desnutrición. A eso sumamos comprar una tarjeta Vodafone prepago para manejarnos por aquí, abrir una cuenta bancaria y buscar el seguro médico. Ya lo tenemos casi todo, excepto las ganas de trabajar.
¿Estado de humor? Bueno. ¿Estado anímico? Nulo. Nunca había cogido una bandeja para servir ni pensaba que en un primer día se hicieran tantas cosas. Mi mayor problema era el idioma: qué decir, cómo, a quién. Pasadas unas horas lo único que quería es que la jornada acabase. La gente está siendo muy muy amable y comprensiva, pero 10 horas de trabajo, de pie, sin parar de moverte, con media hora de descanso, es un poco...heavy. No me apetece ni hablar de ello.

Balance de impresiones: la gente es un tanto extraña porque mi mente no concibe que, con una sensación térmica de -1ºC, la gente lleve chanclas. Creo que se me va a olvidar lo que es comer bien. Odio trabajar de esta manera, no sé si podré soportarlo. Después de esto cualquier trabajo me parecerá gloria. Cada uno es de su padre y de su madre. Mi humor va a variar más que el tiempo, así que perdonad mis malos humores, mis cero ganas de hablar. Todo pasa.

martes, 11 de mayo de 2010

Ya estamos allí / aquí.

Nervios. Muchos nervios. Son las 22:27 y debería estar acostada. Mañana comienza temprano mi primer día de trabajo. Muy muy temprano. No he podido escribir antes, no he tenido tiempo. Me ha costado acostumbrarme al olor de Stamford, a sus colores verdes, a sus puentes, la gente. Ha sido una experiencia bastante graciosa y acogedora porque ya en estos días ha pasado de todo...
¿Que cuente más cosas? Mañana, lo prometo.

viernes, 7 de mayo de 2010

Gracias.

Hoy no ha salido el sol. Pero sé que será un buen día. Tal vez normal, pero me he levantado con el pie derecho. Las despedidas tocan a su fin. Faltan 2 días y medio para tocar tierras inglesas. Qué nervios. Tengo ganas de estar allí, de respirar Stamford, de conocer el hotel, de pasar vergüenza, de soñar por allí. A veces tiemblo. Anoche pensaba. Me quejo del agobio de estos días, del no parar, del estrés, de las compras, de la vida al límite, del poco descanso, pero también me he dado cuenta de lo que la gente es capaz de hacer por ti. Por compartir un rato, unas horas. Por todo lo que te dan en ese tiempo. Al menos, con la intención. Por ese "te echaré de menos" sincero, por esa complicidad, por esos abrazos, por esas sorpresas. Unas fotos, una postal, un Principito, unos cuentos, unas cenas, la familia, los amigos, lo de verdad, lo que de verdad importa. Qué bonito todo. Los pequeños detalles se convierten en grandezas. La verdad es que a los pocos que me leéis, que sois mis importantes, quiero daros las gracias, sinceramente. Yo sí que os voy a echar de menos.
Bueno, voy a ver si os meto en la maleta, que lo primero...es lo primero.




And then, you call me and it´s not so bad. It´s not so bad...

miércoles, 5 de mayo de 2010

Lista interminable de cosas y causas pendientes

Hoy ha salido el sol. Son las 10 de la mañana. He dormido unas cinco horas. Amanecí con alergia. Tengo una lista eterna de cosas pendientes. Estamos a miércoles. Respiro. Quedan escasos 5 días y todos los días estoy pendiente de Eyjafjalla, ese nuevo enemigo que acecha los aeropuertos del norte.
"Los pronósticos también muestran que es probable que la nube de cenizas continúe moviéndose hacia el sur, afectando potencialmente a los aeropuertos en el noroeste de Inglaterra y el norte de Gales mañana", afirma la Aviación Civil Británica.
De momento solo toca Irlanda. Y si ya los nervios te saturan de una forma psicótica solo falta estar pendiente de las erupciones de un volcán. Pero vaya, que todo puede pasar. Hablamos de mi, al fin y al cabo. Por tanto hoy he decidido que el rumbo del día lo voy a marcar yo, sin ajenos, sin gente que te diga lo que hacer o cómo hacer. Tengo un dilema muy grande en cuanto a qué color de esmalte de uñas escoger: ¿morado o rojo? Sí, puede parecer una chorrada pero después de años me veo en la obligación de no poder pintarme las uñas a partir de la próxima semana (excepto en días libres, por supuesto) y tener que sustituirlo por un leve barniz transparente que evite mis ganas de comerme las uñas a bocados. Hoy disfrutaré de las pequeñas cosas como un paseo a Madrid, una comida, ver el sol, unas compras por placer, una peli a media tarde...



Creo que elijo el esmalte rojo. Nunca se sabe...

domingo, 2 de mayo de 2010

Pride and Prejudice

Hoy es el día en que disfruto el placer de triunfar sobre un ánimo dispuesto a rechazarme, ya armado de prejuicios contra mis acciones anteriores

Jane Austen

sábado, 1 de mayo de 2010

Horas

Hacía tanto tiempo que no escribía a estas horas. No sé ni qué decir con tanto vacío. Esperaba una llamada. No llegó. Ahora son las 5 de la madrugada y qué más da. No serás tú quien piense en esto. No voy a darte más espacio que estas tristes líneas. Buenas noches.