He estado dos horas en la biblioteca pública. No sabría describir qué sensación transmite porque, encima, está en obras. Al entrar parece que te introduces en un retablo reconstruido después de la Segunda Guerra Mundial y cuando pasas a las salas lo confirmas. El estilo podría denominarse "rústico" aunque me inclino más por cutre. Pero he elegido mesa, silla y después de un rato, no era tan malo. Hay ordenadores por todos lados y gente variopinta desde niños conectados a Facebook hasta abuelos que leen el periódico en voz alta sin importarles la gente que pretendía estudiar. Al menos he empezado a hacer algo productivo ya que tengo que comerme unos cuántos tomos de apuntes.
Hablando de comer, empezaré la operación "fuera kilos". Este país me mata...
En mi ipod suena: Kings of Leon - Radioactive
1 comentarios:
jajajajaj ay Ireniusss. Imagino tu cara al ver al abuelo leyendo en voz alta...
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