Al final la cosa se ha alargado. Nada menos que una semana. ¿Sabéis lo que es eso? Siete días de tortura. Pero ya puedo respirar. Intento engañarme diciendo que son los últimos días pero no hay manera. Cada día es más largo que el anterior. La gente se lo ha tomado bien, vamos que se lo esperaban. Evidentemente hemos puesto la excusa (bla, bla, bla) que dejamos esta mierda de hotel porque hemos encontrado un curro mejor que se adapta a nuestras necesidades (ejem). Todo era por tirar la piedra hacia donde no han querido mirar. Habría sido tan fácil tenernos contentas... Total, hemos tenido que volver a sacar la ropa de las maletas y hacernos a la idea. ¿Por lo demás? Hay noticias creo que buenas. El mismo sábado imagino que partiremos hacia Liverpool, ciudad que nos acogerá durante, al menos un mes y medio. Hemos reservado plaza en una residencia de estudiantes que pinta muy bien y nos apuntaremos a algún curso intensivo de inglés, que ya toca. Si no encontramos trabajo en este periodo mis nervios se desatarán, gritaré mucho y volveré a casa.
En fin, nunca se sabe, de momento no es cuestión de alarmarse más. Desde aquí parece que se ve la luz por algún lado de esta oscura habitación. Voy a cocinar unos noddles. ¡La poca variedad de comida por aquí empieza a cansar! Buenas noches.
2 comentarios:
Liverpool... grande¡¡ espero que os acoja con los brazos abiertos¡¡¡ :) y que al fin encontreis ese lugar del mundo donde sentirte casi casi como en casa.... entre hoy y mañana un mail for you¡¡ and another one for me no??? :D muaka¡¡¡
silviosa
Encontraremos la manera de tirar para adelante sin tener que volvernos a casa después de ese mes y medio. Muy al final del tunel, sí... pero parece que hay un pequeño destello de luz en algún punto todavía incalcanzable.
Mil besos
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