He encontrado mi lugar favorito para los domingos por la tarde. El sofá. No es un sofá corriente porque no todos cuentan con un gran desnivel en uno de los lados.
Después de haberme puesto al día con la actualidad he hecho intento de estudio, pero las intensas horas de trabajo me dejan con las neuronas a -30. He gastado la tarde mirando vuelos y socializándome. Ahora solo pienso en dormir, dormir, dormir. Esta semana reengancho el gimnasio para comenzar mi "operación pre-navidad".
¿Novedades? Ayer nuestro ex-compañero portugués de clase apareció por sorpresa. Parecía que habían pasado años... No sé porqué nunca llegué a quedar con él.
Tal vez deba darle mi número de teléfono...