Celebraciones

Creo que estoy acostumbrándome al sabor del mal café y lo peor de todo es que ya no sabe tan extraño. Como buena noticia esta mañana he oído que pronto llegarán a Starbucks las promociones navideñas, los nuevos sabores y más variedad de cafés porque sí, aquí ya es, prácticamente, Navidad. Los adornos de grandes bolas decorativas (en lo que suponemos que es el Ayuntamiento) llevan días, los anuncios en televisión, los folletos de compras navideñas, las ofertas empaquetadas en los establecimientos, el ansia por comprar se palpa en el ambiente. ¡Es octubre! La verdad es que aquí no tienen la excusa de "no he tenido tiempo" de comprar ni parece que se esperen al último minuto.

La verdad es que no sé qué será de mi en esas fechas. En principio no nos dejan coger vacaciones en Navidad y si me escapo serán escasos dos días así que lo más probable es que pase el Año Nuevo por estas tierras. ¿Debería ir mirando vestidos? Ah, no... ¡Se me olvidaba! Que aquí es más original si sales con un tutú fucsia o si llevas una palmera colgada del pelo o si decides ponerte alas de avioneta sobre los hombros. Lo que se lleva de verdad es el disfraz. Vale que cada fin de semana o ¡qué digo finde! cada día la gente se disfraza: los grupos de amigos, las despedidas de soltero, la quedada de divorciadas... Pero cuál fue mi sorpresa cuando una de nuestras compañeras nos dijo que aquí se celebra la Nochevieja como algo similar a un Carnaval de Cádiz solo que con nieve y sin chirigotas. Nos dijo que, para poner el tono más hortera al asunto, se disfrazan de cosas típicas navideñas o de marcas de botellas. Super sexy. En vez de decantarse por el glamour de una burbujita Freixenet mejor vístete de botella de vodka...

Como comprenderéis, creo que tengo tiempo de sobra para decidir qué ponerme en esta ocasión tan... especial.

En mi ipod suena: Funambulista - Mírame