Ya es jueves por la tarde. Sin darme apenas cuenta han pasado cuatro días desde que dejé mi casa. La llegada fue tormentosa. El avión se retrasó aproximadamente hora y media con tanta suerte que se te adoba una tía alicantina que tenía más ganas de hablar que de llegar al destino. Tú con un sueño que te mueres pero da igual porque te toca la pesada de turno en el avión. No importa que tengas un libro recién comprado en el aeropuerto porque lo puedes leer tranquilamente en casa, ¿no? Total que cualquier detalle que os pueda interesar sobre ella os lo puedo aclarar con el más mínimo detalle. ¿Por qué la gente te cuenta su vida así porque sí, te da sus señas para le agregues a Facebook? Gracias a que eché el freno a tiempo porque quería visitar Nottingham este fin de semana. ¿Alguien lo entiende?
Total que la frecuencia de trenes a “altas horas” (8 de la tarde) es escasa y para colmo, prepárate para pasar por tres largos trasbordos antes de llegar a tu destino sobre las 00.30 de la noche. Ya me veía buscando alojamiento en algún pueblo perdido, pero no. El martes fue un día relajado aunque mi dosis de empanamiento aumentaba por segundos. Ayer tocó currar y sin comentarios… La gente es super amigable, nadie pregunta un ¿qué tal las vacaciones? ¿cómo estás? ¿qué tal el día?. La mayoría no dicen ni hola. Yo no sé si atraemos a todo tipo de gente antisocial o asquerosita. Bea ya me había hablado de un tal “Alí” y me avisó sobre su personalidad obsesiva. Realmente yo le había visto alguna vez de pasada pero ayer ya me pareció demasiado. Primero no paraba de preguntarme que tenía un trabajo ideal para mi, de housekeeping trabajando de noche por 4 pounds la hora y con él. Todo un lujo, ¿verdad? ¿Quién no cogería ese chollazo? Pues no entendía porqué no me parecía bien, ni pillaba el “déjame en paz”, ni el “ni se te ocurra acompañarme a casa”, pero gracias a mi habilidad para enchufar mi Ipod y salir a toda leche del trabajo pude librarme de tal ser. Punto y aparte.
Pues eso, hoy es jueves, la temperatura de unos 17 grados, un sol radiante ahora que ya no lo esperábamos y que me había acostumbrado al frío. Voy a ver si leo algo de ese libro que apenas pude empezar en el avión “Come-reza-ama” y a prepararme para la mudanza de mañana. Toda una aventura, seguro.
En mi ipod suena: The wanted - All time low
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