A todos, a vosotros,
los silenciosos seres de la noche que tomaron mi mano en las tinieblas.
A vosotros, lámparas de la luz inmortal, líneas de estrella,
pan de las vidas, hermanos secretos,a todos, a vosotros, digo: no hay gracias,nada podrá llenar las copas de la pureza,
nada puede contener todo el sol en las banderas de la primavera invencible, como vuestras calladas dignidades.
Solamente pienso que he sido tal vez digno de tanta sencillez, de flor tan pura, que tal vez soy vosotros. Eso mismo, esa miga de tierra, harina y canto, ese amasijo natural que sabe de dónde sale y dónde pertenece. No soy una campana de tan lejos, ni un cristal enterrado tan profundo que tú no puedas descifrar, soy sólo pueblo, puerta escondida, pan oscuro, y cuando me recibes, te recibes a ti mismo, a ese huésped tantas veces golpeado y tantas veces renacido.
A todo, a todos.
Pablo Neruda
Para todos los míos. Los que son, los que están. A los que siento.