Por fín. Hoy empiezan a cerrarse las cosas. Mientras voy haciendo malabares con todo lo que queda pendiente, he rellenado minuciosamente el contrato de trabajo (a pesar de no entender la mitad de las palabras). Esta tarde iré en la búsqueda de mi precioso uniforme: falda negra larga y camisa blanca, ¿podría ser peor? Lo pienso y me sentiré tan absurda como Bridget Jones embutida en su disfraz de conejita. Es más, me imagino en cualquiera de sus múltiples aventuras y me ha entrado la risa. Seguro que me pasará de todo. Los que me conocéis, también os estaréis riendo.
Hoy hace sol, demasiado calor. Casi 30 º C. La humedad inexistente. El tiempo pasa demasiado deprisa y la vida se encuentra descolocada. Demasiados planes para tan pocas horas. Empiezo a echar de menos estar activa. Y... empieza a emocionarme esta pequeña gran aventura. Aunque echaré de menos a mis peces de ciudad.